La Psicología Geriátrica está especializada en el estudio de las personas mayores y los problemas asociados al proceso de envejecimiento. Nuestra sociedad está envejeciendo progresivamente de tal manera, que se torna necesario intervenir en las necesidades de esta etapa de la vida. A todo ello debemos añadir la situación actual que estamos viviendo con la pandemia, ya que ha proliferado el número de casos de aislamiento, miedo, depresión y ansiedad, sobre todo en este colectivo.
Psicologo Geriátrico, ¿Qué tipo de perfil profesional esperar? ¿Cómo elegir bien?
Entendemos que tomar la decisión de acudir a un psicólogo no es una tarea fácil. Por eso queremos dar respuesta a las dudas que se pueda llegar a tener eligiendo un buen psicólogo geriátrico.
Además de que sea psicólogo y que esté especializado en la materia, uno de los aspectos más importantes que denota a un buen psicólogo geriátrico es la relación terapéutica que se crea con el anciano. Esta relación no es de amistad, pero debe de ser lo suficiente cercana para que la persona mayor pueda expresarse completamente. El psicólogo geriátrico debe de tener empatía y el usuario debe de sentir que alguien entiende lo que le pasa, sin ser juzgado.
Un buen psicólogo para personas mayores tiene el papel de asesor, educador y agente social dentro de un contexto de promoción de la salud. Por ello el psicólogo debe tener formación en geriatría y experiencia en ello.
Desde Fisioterapia Vida contamos con psicólogos geriátricos muy especializados y formados como nuestra compañera Maribel, licenciada en psicología y con un máster en geriatría y gerontología para psicólogos. Tiene una amplia experiencia en el sector y ha impartido diferentes talleres para personas mayores.
Enfermedades mentales más frecuentes en personas mayores.
La tercera edad es más susceptible de padecer enfermedades mentales debido a que han visto sus objetivos completados, se sienten menos “útiles” a la sociedad debido a que están jubilados y pueden sentirse torpes en la realización de las actividades de su vida diaria, entre otras cosas.
Aquí te contamos cuáles son estas enfermedades y en qué consisten:
- Depresión, dejan de hacer actividades que les gustaban, duermen en exceso (trastorno del sueño), con baja autoestima y pesimistas. Normalmente la depresión hace que se aíslen de todo el mundo que les rodea.
- Ansiedad, no saben qué es ni por qué, pero están en un estado de temor e intranquilidad que se refleja en tensión muscular, sudoración, palpitaciones…
- Demencia, hay una pérdida de la memoria junto con un deterioro del pensamiento y de comportamiento. Este tipo de enfermedad mental es la más frecuente en la tercera edad.
Además de estas tres grandes enfermedades mentales, se asocian a ellas la tristeza, irritabilidad, agresividad, dolor crónico, confusión, enojos, trastornos en la alimentación…
Psicología para personas mayores, ¿Cuáles son sus beneficios?
La psicología geriátrica, se centra en la atención de la persona mayor, así como en la intervención familiar y social si fuese necesario, con los siguientes objetivos:
- Desarrollo de estrategias de afrontamiento, tanto para el anciano como para los que le rodean más estrechamente. El psicólogo geriátrico ayuda a poder expresarse y dota de habilidades para poder haber una mayor comprensión de lo que sucede en el entorno.
- Promoción de hábitos de vida saludables, como establecer rutinas con actividades físicas, rutinas para tener un buen descanso, una dieta saludable…
- Desarrollo de habilidades sociales, emocionales y cognitivas, dependiendo de las necesidades del anciano. Debemos destacar la rehabilitación cognitiva que se trabaja en este campo, ya que previene (o enlentece) los signos de aparición de la demencia.
- Adaptación a los cambios, tanto para el mayor como para los familiares. Aquí el psicólogo geriátrico se encarga de las terapias de apoyo para afrontar la muerte inminente, una enfermedad crónica o la discapacidad del mayor.
Ejercicios de psicología geriátrica. ¿Qué hacemos?
Desde la psicología geriátrica se interviene actuando sobre las diferentes dificultades mentales e intelectuales que pueda presentar el anciano. Lo normal en esta etapa es un declive intelectual el cual, mediante la rehabilitación cognitiva, se trabaja todas las actividades dirigidas a mejorar el funcionamiento cognitivo en general.
Aquí te contamos qué trabajamos en los diferentes campos cognitivos:
- Los olvidos: estrategias para recordar, como la terapia de reminiscencia que estimula la memoria a largo plazo recurriendo a fotografías, música y todo aquel material de su vida para mantener la identidad del anciano.
- Los sentimientos de soledad: desarrollo de habilidades sociales tanto individuales como con los familiares directos.
- El insomnio: ejercicios de relajación e higiene del sueño que reparan el descanso del anciano y así aumenta su calidad de vida y funcionalidad diurna en las actividades que realice.
- Los sentimientos de depresión: actividades lúdicas y agradables para el anciano que le proporcione bienestar y sentimientos positivos.
- El aburrimiento: creación de nuevos aprendizajes, como talleres o cursos donde aprendan nuevas habilidades en concordancia con sus intereses.
- El mal humor: ejercicios de risoterapia y comunicación.
El psicólogo geriátrico trabaja todas estas actividades en conjunto porque la mejora de una de ellas, mejora las demás. Es un todo que hay que trabajar y que se retroalimentan exponencialmente.
Acompañamiento de la Persona cuidadora.
El psicólogo para personas mayores acompaña a la persona que pasa la mayor parte del tiempo con la persona enferma, con el objetivo de mostrar nuestro apoyo ante tan difícil situación y ofrecerle ayuda para la gestión de su tiempo y su energía, ya que se convierten en personas susceptibles de enfermar a medio o largo plazo.
Los principales síntomas que se presentan son:
- Ansiedad.
- Cansancio.
- Aislamiento.
- Cambios de humor.
- Apatía.
El psicólogo geriátrico tiene la labor de acompañamiento, asesorando el uso de herramientas útiles para la gestión óptima de su día a día, con el fin de potenciar su fortaleza y su energía, sin detrimento de su estado de ánimo y su propio declive físico. Se trabaja áreas como:
- Gestión de emociones.
- Tiempo de respiro.
- Sobreprotección de la persona enferma.
- Adaptación a cambios.
- Autocuidado.
- Herramientas de relajación.